En México, la participación de las mujeres en puestos de trabajo relacionados con la ciencia y la tecnología va en descenso, pese a su capacitación, fustigan la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y el gobierno de Francia.
Ello no se da por falta de mérito o preparación, pues más de la mitad de la matrícula de educación superior en el país está integrada por féminas, empero, las oportunidades de empleo en los campos de tecnología y ciencia, son frenadas por estereotipos de género o conductas hostiles.
El reto se encuentra en la educación, pues los estereotipos se forman en edades muy tempranas y condicionan la selección de estudios y decisiones profesionales, sostuvo Nadine Gassman, directora del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
Las principales barreras
Con las que se encuentran las mujeres en el sector industrial y de las nuevas tecnologías a la hora de salir de las universidades -aseveró- son los estereotipos y la traición cultural, esto es, la forma en que se educa a l@s niñ@s en la escuela y en el hogar.
Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en nuestro país sólo el nueve por ciento de las mujeres opta por carreras científicas, tecnológicas, de ingeniería o matemáticas, en comparación con el 28 por ciento de los hombres que las estudian.
En el mundo, menos de 30 por ciento de los investigadores son mujeres. A nivel nacional, las mujeres representan 38 por ciento de los puestos de la industria mexicana, y ocupan menos de uno de cada cuatro empleos en el sector de las nuevas tecnologías.
Estudios recientes afirman que el 65 por ciento de los niños que ingresan a la primaria tendrán empleos que aún no existen; y mientras las niñas asisten más a la escuela que antes, “en muchos entornos están significativamente sub representadas en las materias de tecnología, ingeniería, bioquímica y ciencias, y parecen perder interés en estas materias a medida que llegan a la adolescencia.